domingo, 19 de febrero de 2012

Un boquete en el techo...

A quienes se dicen poderosos pero en verdad no pueden...
Porque sólo Tú tienes el Poder que importa. 
Mc 2,1-12


Me has hablado otra vez, al corazón, y ahora tiemblo. Porque confundo tus manos y las quisiera donde Tú no llegas, en las quimeras de mis disfraces que una y otra vez se desvanecen, y vuelve mi desnudez ante tus ojos. Y dices y tocas, y yo tiemblo...


Hoy me dices que tu Casa es casa de pocos, que la multitud me cierra el paso y tengo que volar si andar no puedo. Ser muchos no es para ti una ventaja... porque muchos no dejan la puerta abierta.


Y me hablas, persistir, no abandonarme. Que esta es fe que Tú ya no escudriñas porque todos pueden conocerla.


Y así, sin arredrarme, abrir tu techo y suspenderme. Que Tú puedas en el mío entrarte. Que entrar en tu casa es fe callada, y dejarte sanar toda mi vida es poseerte. Que es mi libertad que nace nueva, que curar es para ti romper las ataduras...


Y me adviertes que llorar el sol tal vez me impide ver tus estrellas... que la ley se mece como hoja del árbol del amor y la ternura, del bosque inmenso de la misericordia.


Hoy me llamas a blasfemar... atribuirme tu Poder de amor ilimitado... y si el que blasfema ha de morir, a vivir amando para dar la Vida.



1 comentario:

  1. Me has buscado de nuevo,donde se prenden los rayos.
    Soy yo,
    la que construía juegos en tu luz,
    la que en ella se fundió,
    en tu amor ...inmenso.
    A mi lado te he sentido,
    paralelo, sin soltarme.
    En un mar infinito me has volcado
    y navego,
    funambulista en los brillos de tu amor,
    aprendiendo y enseñando
    que no existen fronteras,
    ni límites,
    sólo un camino,
    tú.

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