Siervo y Cordero
No fuiste aquel león, ni el búfalo ni el águila...
ni tan siquiera un ángel...
tan sólo fuiste tú, siervo y cordero.
Espejo de la sencillez,
imagen de la tierra trabajada,
sensación del viento que azota en nuestros rostros,
y reflejo del sol que acaricia en la mañana.
Inmensa ternura del camino que se abre
a los pies que siguen adelante,
calor de hogar que nutre y fortalece,
y puerta firme que protege...
Y desde abajo,
desde donde el universo se revela
infinita compasión
de Aquel que ama,
más allá de todas las certezas.
Pastor-Cordero,
Si para ser Vida has de darla,
si para vencer has de entregarte,
canta tu sueño,
que hoy tu melodía me transporte
y me renueve...
Que yo no me resista,
que no sea en vano mi vida,
la que tú me has dado
fruto del deseo que indecible
has pronunciado.
Taljah, Siervo y Cordero:
Amor en amor abandonado...
Ya no buscaré la justicia del soldado, no veré más con los ojos del juez, no desearé la perfección de encontrarte... porque toda pretensión de ver es sólo ceguera
martes, 8 de mayo de 2012
lunes, 7 de mayo de 2012
Racimos...
Tiene sabor de casa y de familia,
sabor de tu morada…
La que tú has ido a prepararnos.
Pero es algo de ti lo que ahora me sostiene,
lo que me ha dado fundamento,
Algo divino…
Me has conectado a tu misma savia viva,
a las venas de tu sangre
y siento que lates,
Poderoso,
dentro de mí,
y me enajenas.
Te presiento...
De pié,
y atado en el temblor del universo
capaz de hacerlo todo nuevo,
mientras las estrellas te describen
sus órbitas eternas,
y haces de luz desplazan tus contornos
y a mis ojos llegas desde el tiempo,
conteniendo en ti toda la historia...
infinita seducción de mi deseo.
Y te espero y necesito,
embriagado de visión
más que de vino,
incapaz de respirar
de tanta gracia,
contemplando el amor que todo vence.
Bondad que todo me atraviesa,
y al ritmo de mis notas te acompasas,
y conduces esta música callada
a la coda final de mis anhelos...
Sólo puedo, en el silencio de los astros
confirmar esta presencia
que me envuelve,
me nutre,
y me enloquece...
Te presiento...
De pié,
y atado en el temblor del universo
capaz de hacerlo todo nuevo,
mientras las estrellas te describen
sus órbitas eternas,
y haces de luz desplazan tus contornos
y a mis ojos llegas desde el tiempo,
conteniendo en ti toda la historia...
infinita seducción de mi deseo.
Y te espero y necesito,
embriagado de visión
más que de vino,
incapaz de respirar
de tanta gracia,
contemplando el amor que todo vence.
Bondad que todo me atraviesa,
y al ritmo de mis notas te acompasas,
y conduces esta música callada
a la coda final de mis anhelos...
Sólo puedo, en el silencio de los astros
confirmar esta presencia
que me envuelve,
me nutre,
y me enloquece...
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