miércoles, 26 de septiembre de 2012

Posos...

...del café intenso, compartido, con aroma que llena las estancias y perdura, negro como la hondura, especiado para que todos saboreen la magia del encuentro y la presencia...
A miles de kilómetros puedo oler el intenso aroma de los cafetales, llenos de la historia de mi vida: cuando el olor, al paso, se volvía un espectáculo. Mi olfato tiene memoria, recuerdo, lo que ha pasado pervive...
He mirado los posos de mis cafés, y he visto: lo que se ha quedado en mí y permanece, y hace latir mi corazón a un nuevo ritmo. Lo que siempre me digo: "En el instante te juegas la eternidad misma", eternidad que se dilata, con cada uno, con cada vida, con cada anhelo compartido...



He visto...
Volantes mecidos por el viento, y una pandereta, la danza que desafía el largo desierto
y fuego en el hogar, matices cálidos que la proximidad alientan.

Semillas que brotan, al sol y al agua, al manto de la confianza, y desparraman vida.
Semillas y piedras antiguas y nuevas... remansos de familia, miradas, confidentes y claras, y palabras, risas y compañía... lámparas que alumbran ahora después de tiempos apagadas. 
Y Lazos, del corazón, del alma, del cuerpo: en el pan y el vino de la mesa. 
Y al silencio que medita y la ingenuidad que acoge.
Y al corazón en su pureza...

He visto... Un río y tres soles, agua que susurra y luz que se hace intensa, poco a poco... A veces un río que vuela, y su azul verdea y en el atardecer enrojece... o brilla de luciérnagas de día... pero siempre fluye.

Y libros, cuántos libros, empezados pero no terminados, historias llenas de deseos, ojos que imploran, oídos atentos a la voz que confirma, verdad que se entreteje en tapices de hermosura infinita. Algunos, ya preparados, saben que cubrirán el cielo de colores y completarán su belleza. Otros, más jóvenes, ya tejen de esperanza la historia, mientras se transforma el mundo, y el cielo es nuevo y la tierra es nueva...

He visto...
El águila surcar los cielos, hasta perderse de vista, y de nuevo sentir en mi rostro el aleteo, la libertad que ya no puede atarse.
Y el Pan, el sabor y la textura, las palabras que lo amasan y reparten, y la misteriosa comunión nos aúna. 
Y en el camino, las posadas, los amigos, el consentir que crea y nos anima, que importa el paso y no la cima.

He visto...
Los hilos del dolor también en los tapices, que no hay belleza sin la hebra de la muerte, del rechazo, de la herida, sin a veces la estridencia de matices. He visto amor apasionado que padece...
Que la Vida, ella se vive, porque es aún sin nosotros.

Y he visto...
hijos, hermanos, amigos... demasiado lejos para seguirlos, demasiado cerca para entenderlos: promesas, eternas expectativas... Sólo en amar ya mi ejercicio...

y la fidelidad, y la ternura, y el beso del afecto ya sin condiciones...
Multitud de rostros, de nombres... mi tesoro, mi eucaristía, mi pan, mi vino...

Posos de mi café, posos del alma, posos de vida
Que ya no soy aquel que era, soy más amor, más todavía...

A todos los que habéis sido posos en mi vida en este año bendecido...

1 comentario:

  1. Hace unos días te dije: "Que grande es Dios que siempre pone a su hijo más Querido a disponibilidad de los demás y ese escogido ERES TU EDUARDO" ¿Cómo puede existir tanto AMOR dentro de Tí?... ese Amor transformado en posos del alma, posos de vida que nos deja con un muy buen sabor de boca.
    Gracias por los posos de café compartidos mutuamente en el encuentro de hoy con nosotras, esos posos con aroma tan intenso, que hacen que el encuentro y la presencia sean MÁGICOS.
    Dices que has visto el águila surcar los cielos, hasta perderse de vista y de nuevo sentir en tu rostro el aleteo, la libertad que ya no puede atarse. Hermano, sé como ese águila... Vuela, VUELA MUY ALTO Y LEJOS pues tú has sido capaz de crear tú propio espacio de aire libre necesario para que tus alas se desplieguen. Ya sabes qué para volar hay que empezar asumiendo riesgos y TÚ estás prepado.
    No se valora algo por el tiempo que dura, sino por las huellas que dejan las personas que van a tu lado y existen personas que nos dejan una huella y otras... que nos marcan para toda la vida.
    Me parece precioso tu relato de los POSOS, esos posos que son capaces de marcar en la vida de uno mismo y de los demás. Besicos Majo y Maite

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