sábado, 2 de junio de 2012

Creación...


De cielo y barro...

Preparó un espacio propicio. Amplio. Sin distracciones.
Para concentrarse absolutamente.
Todo su ser presente, disponible, para ese encuentro.
Cerró sus ojos. Inspiró.
Dejó que el viento lo llenase y despertase sus múltiples, infinitas facetas.
Entibió sus manos para ponerse a punto, calentó los dedos con su aliento.
Se arremangó, mayor comodidad, los brazos también en tarea.
No alcanza con las manos para un encuentro genuino;
necesitamos mayor roce, más exposición, 
mayor superficie de lo que somos puesta en juego.
Hundió los dedos en la arcilla.
Tomó una porción; midió con cuidado, observó que fuese la cantidad necesaria.
Disfrutó de sentir su peso acurrucado en la palma.
Palpó su frescura, gozó de su rugosidad abierta a la caricia.
Mirando la masa sin forma, disparó su sueño.
Imaginó mil posibilidades hasta dar con esta, la única, la precisa...
Volvió a inspirar profundamente y metió las manos, sin prudencia alguna.






































Unió y separó, estiró al límite de largura. 
Presionó. Ahuecó, abrió y cerró.
Inventó un dibujo peculiar para cada órgano, cada arteria,
dónde se ensancha, dónde gira, 
qué forma toma la articulación de cada hueso.
Cosió una por una las vértebras, entrelazó los vasos, 
acomodó célula con célula.
Probó con sutileza el engarce de un tubo con el otro,
procuró que cada uno tuviese la luz precisa
para que los fluidos lo recorrieran en esa intensidad peculiar.
Diseñó uno a uno cada detalle.
Eligió con ternura dónde agregar y dónde quitar sustancia.
Te puso esa voz que te pronuncia, esa sed de abrazos, 
esa luz tan tuya en la mirada.
Te agregó esa fragilidad justo ahí, ese especial punto vulnerable, 
ese modo de procesar el dolor...
Te hizo tan 'tú' mismo,
tan extrañamente único,
tan profundamente humano. 
Te amasó delicadamente, su tacto suavizó tus asperezas...
y dejó algunas allí para que busques otros dedos que te pulan...
Cada pincelada de quien eres, es regalo de su amor ineludible.
Su marca quedó impresa en cada milímetro de tu piel, de tu alma...


Sandra Hojman



2 comentarios:

  1. Ahora que hemos juntado nuestras manos,
    te extiendo mi ser,
    traspaso tu abrazo...
    Te escucho, Amor,
    solícito canto...

    Descubro tu voz,
    ya sin pensarlo,
    de un tono intenso,
    que impregna mi trazo...

    Tus ojos me ofreces,
    divino regalo,
    sencilla Palabra,
    que alumbra mi Árbol...

    Locura de amor,
    en todo surcado.
    Eterno Valor...
    me imploras... necesitado.

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  2. Llenar la vida,
    de un agua, tan sencilla,
    que sólo algunas hojas,
    beben de su semilla.

    No es un vuelo que se aleje
    o que ya no perciba,
    más bien, mezclado,
    y hasta traspasado,
    gozo y dolor,
    en mí,
    yo diría.

    Confiar,
    y no pensar.
    Entregar,
    así,
    sin más.

    Cojo tus manos,
    sigo besando tu herida...
    Descanso,
    si Tú,
    me miras...

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