lunes, 5 de marzo de 2012

Ni leyes ni profetas...

Preciosa, única mirada, la tuya, 
Padre y Madre de todo...
En Él nos ves, posibilidad infinita
de luz y arrobamiento.
¡Cómo sería el mundo distinto!
No soy para ti sino una esperanza viva,
no hay ley ni profecía
que mi destino ate,
sino un Amor que todo acoge,
que nada exige,
que invadiendo esta vasija
se derrama.
Me has enseñado...
ni principio ni fin,
solo un camino,
y en mis orillas brota libre 
tu Ternura,
y a cada noche 
le sigue el día.
Tú me has subido,
tú me levantas 
y a la cima 
me conduces,
frasco de luz y de perfume.
Y, ya sin miedo, 
tú me abres...
y al viento intenso de los tiempos
me has lanzado,
uno más de los que en ti 
se abrieron. 
Ahora vibra mi alma
entre los hilos de luz
que tejen tu universo, 
infinitas vidas que han llegado
a esa plenitud de tu latido.
Hijos nos llamas, de Amor nacidos,
sin sombras que arrebatan ya los sueños...

Mc 9






1 comentario:

  1. Mis hijos son tu amor,
    mis amigos tu calor,
    en cada instante y ahora
    potencia eterna,
    eso es la creación...
    Seguir escuchando
    y nunca caer en olvido quiero,
    para así envolver con ternura su dolor,
    mi dolor...
    Van naciendo, poco a poco, espacios de unión
    donde risas cristalinas aparecen sin rubor.
    Extender este manto quiero...
    que se sepa,
    iluminas cada rincón,
    tu color, tu alegría
    brota del corazón...

    ResponderEliminar